lunes, 23 de marzo de 2015

EL CUENTO DE LOS QUE SIEMPRE EN EL MANDO SUELEN ESTAR, DEL COLOR QUE SE QUIERAN LLAMAR.

La  democracia  en España  por los años 1.980  entró y sólo se benefició  el que  del régimen anterior de falangista  a socialista y a comunista  se pasó. Con su cuento se manifestó   que con  su mando siguió, ya que su chaqueta de color se cambió. A sus amiguetes en el ayuntamiento de su población colocó y a sus familiares de funcionarios en su región colocó, sin haber habido oposiciones aseguró su colocación, arruinando su nación.

Echándole La culpa al que en el 1.975 ya nos dejó, que la seguridad social dictó, a los inválidos y trabajadores la pensión les dictó, y a los ciegos la ONCE dictó. Y la democracia y los gobiernos actuales, si seguimos así  la quitarán, porque el trabajador sin trabajo se quedó. Ya que la empresa  desapareció, que con la quiebra de la empresa la fábrica se embargó.

Y el que cambió de chaqueta con su cuento y bienestar siguió, cambiado la chaqueta del color que más le convino.  Ya que en Andalucía en las anteriores elecciones  casi   con el partido popular empató y hoy en el año 2.015 el partido socialista las elecciones en Andalucía  ganó.
  
     Y de aquí para atrás mandó, siendo la región que mas paro de España  creó. EL socialismo en Salar (Granada)  suele mandar, que todo quiere cambiar… el Museo de la peseta que ya se acordó cada vitrina  donde por vida debía  estar, como plan cultural, que todo habitante de Salar y de cuantos sitios, este museo quieran contemplar.

Ya que toda persona puede mirar sin preguntar, cuando al Ayuntamiento va,  y la otra vitrina que la deben de dejar donde ya está. Ya que en su cambio las monedas, tal vez desaparecerán.   Para que el dia que el ayuntamiento tenga pleno puedan contemplar concejales, amiguetes  y demás.

      Yo Marino Ramírez Trassierra  le ruego a la autoridad local de Salar que las dejen donde están.  Cumpliendo lo acordado con anterioridad,  y evitaremos endeudar más a la población. Esto es  un cuento como cuento debe quedar, ya que todo cuento dice su mentira y su verdad.  En Salar o en otro lugar, que no debemos de cambiar  lo que bien está y conoce toda  la vecindad, y el que lo ha visto ya, sabiendo donde está no tiene que preguntar al trabajador que en el ayuntamiento está, cobrando su jornal.          
 


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